De pequeña siempre veía la gimnasia rítmica y me encantaba. Quería ser como las más grandes. Tenía un problema, pues hasta los cinco años no me podía apuntar. Fue cumplirlos y decirle a mi madre: “mama, ya me puedo apuntar a gimnasia”.
Desde entonces aquí sigo, 11 años de disciplina. Muchas personas dicen, gimnasia rítmica, sencillo. Pero en realidad no tienen ni idea de nuestros entrenamientos y de todo el esfuerzo que realizamos para conseguir nuevas metas. De pequeña fui campeona de Madrid pero con los años iba siendo más difícil.
Hasta que llegó el 18 de junio de 2016. Un día especial porque no me esperaba para nada que iba a quedar la primera. No estaba nerviosa, ya preparada. Me nombraron y entre al tapiz con una sonrisa de oreja a oreja, pues en 90 segundos tienes que demostrar todo lo que has trabajado durante la temporada. Se acabaron esos maravillosos 90 segundos y salí del tapiz, con otra sonrisa, muy contenta. Cuando salió mi nota era la mejor de toda la competición, pero no quería hacerme ilusiones porque no había terminado y faltaban muchas gimnastas por salir. Al fin se acaba y resulta que he quedado primera, me nombran y me dirijo muy orgullosa de mí misma hacia el podium.
Todas esas horas de trabajo, esas cuatro horas de entrenamiento duro los lunes los miércoles los viernes y algunos sábados al final tienen su recompensa. Pensar que es un deporte muy duro, que conlleva muchas lesiones, llantos, etc pero por otro lado también conlleva alegrías.
En resumen, es un deporte duro pero a la vez maravilloso, disciplinado pero a la vez satisfactorio. Gimnasia rítmica, 90 segundos para demostrar todo lo que has trabajado.
Toda nuestra energía y apoyo Alba, estamos muy orgullosos de tu esfuerzo, actitud y entrega #somosMirasur
