Desde tiempos inmemoriales, la música ha formado parte de la vida de la humanidad, acompañándonos en celebraciones, ayudándonos a expresar emociones y convirtiéndose, en muchas ocasiones, incluso en un refugio personal.

Pero, más allá de su valor artístico y cultural, ¿sabías que también juega un papel crucial en el desarrollo de los niños desde sus primeros años de vida? Desde el momento en que un bebé escucha la voz de su madre cantando una nana, la música comienza a ejercer una poderosa influencia en su desarrollo.

De esta forma, se convierte en una herramienta educativa muy poderosa para potenciar la memoria, la concentración, el lenguaje y la coordinación motora. Pero que también favorece la creatividad y contribuye a fortalecer los lazos afectivos con su entorno.

Pero, ¿cómo podemos integrarla en la enseñanza? ¿Qué tipo de actividades musicales podemos implementar en el aula? A continuación te explicamos la importancia de la música en la educación infantil y cómo aprovechar al máximo su potencial durante esta etapa.

Beneficios de la música en la educación infantil

La música juega un papel clave en el desarrollo integral de los niños durante la educación infantil.

Estimula el desarrollo cognitivo

El uso de la música en infantil ayuda a activar diversas áreas del cerebro de forma simultánea, favoreciendo la conexión entre los hemisferios izquierdo y derecho. Mientras que uno se enfoca en la estructura y el ritmo, el otro se ocupa de la emoción y la creatividad.

Cuando un niño escucha o interpreta una canción, activa áreas relacionadas con la memoria, la atención y la resolución de problemas.

De hecho, diversos estudios han demostrado que los niños que están expuestos a la música desde temprana edad desarrollan una mayor capacidad para la lectura y las matemáticas.

Por eso, no es casual que en muchos colegios se utilicen canciones para enseñar conceptos básicos como los números o el abecedario.

Fomenta el desarrollo emocional

La música tiene el poder de evocar emociones y ayudar a los niños a identificarlas y expresarlas. A través de diferentes ritmos y melodías, los pequeños pueden experimentar alegría, calma o incluso tristeza, aprendiendo a gestionar sus sentimientos de una manera más equilibrada.

Además, cantar o tocar un instrumento en grupo fomenta la empatía y fortalece su relación con los demás. Aprendiendo a respetar los turnos, a escuchar a sus compañeros y a trabajar en equipo, lo que contribuye a su desarrollo social y emocional.

Fomenta su creatividad y originalidad

La creatividad es una habilidad fundamental en la educación y la música es una de las mejores herramientas para estimularla. A través de la improvisación musical o la composición de canciones, los niños pueden experimentar, descubrir nuevos sonidos y desarrollar su propio estilo.

Además, la música anima a los niños a echar a volar su imaginación. Por ejemplo, cuando se les pide que inventen una historia a partir de una melodía o que creen una coreografía para una canción, están potenciando su capacidad para pensar y encontrar soluciones más innovadoras.

Refuerza el lenguaje

El lenguaje y la música se encuentran estrechamente relacionados. Con sus estructuras rítmicas y repetitivas, las canciones infantiles favorecen la adquisición de vocabulario y mejoran la pronunciación. Además, fomentan el desarrollo de la memoria auditiva y la comprensión del lenguaje de una manera más divertida.

Los niños que participan en actividades musicales suelen tener más facilidad para aprender otros idiomas, ya que la música mejora la entonación y la discriminación de sonidos.

La música como método de aprendizaje para los niños

La importancia de la música en la educación infantil va más allá de ser una herramienta de entretenimiento, pudiendo llegar a ser un método de aprendizaje muy efectivo. En muchos centros, se utiliza la música para reforzar los conocimientos en diferentes materias.

Por ejemplo, en matemáticas, la música puede ayudar a los niños a interiorizar secuencias numéricas y operaciones básicas. Y en ciencias puede utilizarse para aprender sobre el ciclo del agua o los planetas del sistema solar.

Además, el uso de la música en los cuentos infantiles ayuda a mejorar la atención y la comprensión lectora.

Con lo cual, no solo hace que la educación sea más divertida, sino que también mejora la retención de la información y despierta la curiosidad por descubrir cosas nuevas.

Cómo trabajar la música en educación infantil

Ahora que conoces la importancia de la música en la educación infantil y cuáles son sus beneficios, debes saber que existen diferentes estrategias para integrar la música en el aula y en la vida cotidiana de los niños.

Actividades musicales en educación infantil

Las actividades de música en la educación infantil fomentan la creatividad, fortalecen el vínculo entre los niños y mejoran su desarrollo emocional y cognitivo.

Además, este tipo de actividades no requieren grandes recursos. Con un poco de creatividad y entusiasmo, podemos hacer que la experiencia sea muy enriquecedora. A continuación, te dejamos algunas ideas:

  • Círculos de canciones: sentarse en círculo y cantar canciones con gestos y movimientos es una excelente forma de reforzar el aprendizaje y la expresión corporal.
  • Juegos rítmicos: golpear con las manos o los pies siguiendo un patrón rítmico ayuda a mejorar la coordinación y la concentración.
  • Instrumentos caseros: crear tambores con cajas o maracas con botellas recicladas puede ser una forma muy divertida de introducir a los niños en la exploración musical.
  • Cuentos musicales: relatos en los que los niños participen con sonidos y canciones para hacer la historia más interactiva y entretenida.

En definitiva, la importancia de la música en la educación infantil va más allá de ser un mero complemento. De hecho, además de ser una herramienta fundamental para el desarrollo integral de los niños, ha demostrado tener un impacto muy positivo en todas las áreas del aprendizaje.

En este sentido, nuestro papel como padres y educadores debe ser el de integrar la música en el día a día de los niños, ya sea a través de canciones, juegos rítmicos o actividades creativas. ¡A cantar, bailar y aprender con la música!