Respirar parece algo tan natural que nadie se detiene a pensar si lo está haciendo bien. Sin embargo, hacerlo de forma incorrecta es mucho más común de lo que creemos. “Los datos nos dicen que el 90% de las personas respiramos mal. Esto tiene consecuencias directas en la salud y en la calidad de vida”, afirma Pedro Sampedro, director de Mirasur School. “Nacemos preparados para respirar de forma lenta, nasal y profunda, pero a lo largo del desarrollo, y agravado por el ritmo del contexto actual, acabamos respirando de manera rápida, superficial y sobre todo torácica”.

Bajo esta premisa, el colegio ha puesto en marcha ‘Respira Mirasur’, un proyecto que pretende llevar la respiración consciente a las aulas, desde Infantil hasta Bachillerato. No se trata de una actividad puntual, sino de un programa estable que busca instaurar hábitos de respiración saludable en el alumnado. “Durante el verano, todo el equipo docente ha recibido formación y ha realizado cursos específicos sobre respiración consciente, porque queríamos que el proyecto naciera bien asentado y con coherencia pedagógica”, explica Elena Crespo, coordinadora de Bienestar del centro.

 Una herramienta de autocontrol y bienestar

La base del proyecto parte de un dato sencillo, pero revelador: En un patrón de respiración óptimo, la frecuencia respiratoria se sitúa en el extremo inferior del rango normal en reposo, generalmente entre 6 y 10 respiraciones por minuto, pero la mayoría lo hacemos por encima del doble de esa frecuencia. “Respirar rápido y superficialmente activa el sistema nervioso simpático, que nos lleva a estados de estrés. En cambio, una respiración lenta y diafragmática se asocia con numerosos beneficios para la salud física y mental. Este ritmo pausado permite un intercambio de gases más eficiente, una mejor oxigenación de la sangre y una mayor activación del sistema nervioso parasimpático, responsable de la respuesta de la recuperación y la relajación del cuerpo promoviendo el bienestar”, detalla Sampedro.

“Lo interesante es que no hace falta ser un experto: simplemente tomar conciencia, parar y respirar ya marca una gran diferencia”, explica el director. Ese cambio de patrón respiratorio, instaurado desde edades tempranas, no solo ayudaría a reducir el estrés cotidiano, sino que también prevendría futuros problemas de salud asociados a una oxigenación deficiente. “Además, estaríamos enseñando a los niños a usar esta herramienta para usarla en cualquier etapa de su vida, en momentos de estrés o de concentración”.

Parar para respirar

La clave de Respira Mirasur es incorporar pequeñas pausas de respiración consciente a lo largo de la jornada escolar. “La idea es que los alumnos hagan tres o cuatro paradas al día, de apenas un minuto, para respirar de forma consciente guiados por sus profesores”, explica Crespo. “Parece poco, pero el impacto acumulado es enorme: les permite bajar las pulsaciones, calmar el sistema nervioso y volver a centrarse”.

Para Sampedro, la respiración consciente se convierte en “una especie de mando a distancia fisiológico”. “La respiración es el único mecanismo que depende del sistema nervioso autónomo pero que podemos controlar. No podemos decidir que nuestro corazón lata más despacio, pero sí podemos intervenir en nuestra forma de respirar para hacerla más lenta y profunda. Si un alumno aprende a controlar su respiración, también puede controlar su estrés, centrarse y focalizar su atención. Eso es Educación para el Bienestar, que en Mirasur es uno de los pilares del aprendizaje”.

De las aulas al futuro

El objetivo es que la respiración consciente deje de ser una práctica puntual y se convierta en un hábito. “No queremos que ‘Respira Mirasur’ sea solo una actividad de sensibilización. Queremos que se quede, que forme parte de su día a día, como lavarse los dientes o hacer ejercicio”, afirma Crespo.

Sampedro coincide: “A corto plazo, les ayuda en su regulación emocional. A largo plazo, mejora su salud, previene problemas asociados a la oxigenación deficiente y les da una herramienta que podrán usar en cualquier etapa de su vida. Si logramos que nuestros alumnos conviertan la respiración consciente en una rutina diaria, estaremos contribuyendo a su bienestar presente y futuro. Y ojalá pueda servir también como modelo para otros centros educativos, porque respirar bien es algo tan sencillo como esencial”.